Has pensado en la opción de que una persona los vaya a atender esos días, yo lo hice en las vacaciones de verano y es estupendo porque no salen de su entorno. Algún vecino o conocido.
Una chica que ya los conocía, y encima amante de los animales, que tiene además otro perrito como los míos, venia a casa, le echaba de comer a los gatitos y a ellos dos, les daba dos paseos diarios.
No te creas que es dificil de encontrar a alguien así, hay muchas personas en paro desgraciadamente, las residencias buenas son caras, y yo recuerdo cuando no tenía más remedio de dejar a mi anterior perrita que a pesar de ser una residencia bien atendida, ella estaba muy, digamos enmadrada y no comía, estaba triste, y eso que siempre era la misma residencia. Cuando la recogíamos era un autentico espectáculo.