La falta de ingenio hace que en la mayoría de los casos acabemos copiando al prójimo, vivimos en una sociedad donde es difícil innovar y los más sencillo es reinventar lo que ya existe. Lo mejor suele estar ya inventado así que introducimos pequeñas variantes para sentirnos bien con nosotros mismos y anular nuestra conciencia.
Se copian los programas de televisión, los modelos de ropa, el peinado a tu vecina (que ella se lo copió a la Chenoa, que estaba muy mona en televisión con ese peinado)
También las páginas web, si amigos ya tenemos copia española de “amores perros”, me gusta la idea, eso quiere decir que merece la pena copiarnos, aunque ni siquiera en eso han derrochado talento e imaginación pues ya tenemos a alguien que decidió hacerlo en Argentina.
Menos mal que cuando vamos a comprar al super nos llevamos la Cocacola, no la ColaNisu.