Hasta ahora, Jazz era ese cachorro afable y sumiso, que huía de los conflictos y que se echaba al suelo en posición de sumisión cuando otro lo marca. Pero el niño se hizo hombre ...
Ahora, Jazz es ese adolescente afable, cariñoso, besucón ... que ya no se somete cuando un desconocido o nuevo miembro de la manada pretende ponerse por encima suyo.
Esta tarde, jugando con la manada de siempre y con algunos nuevos miembros que se han unido al grupo, uno de los adultos nuevos se le ha enfrentado de repente y,ni corto ni perezoso, ha erguido la cola, ha erizado el pelo del lomo y se le ha tirado a morder. Sólo he podido apartarlo agarrándolo por el pellejo del lomo y tirando hacia atrás, a sabiendas de que cogiéndolo así se gira siempre a morder pero que cuando ve mi mano se detiene ...
Pero qué susto me he llevado! Lo cierto es que no imaginaba que pudiera llegar a tener tan mal genio y es que el nene ya no está para que le toquen las narices, por lo visto. Era el pobre gafe, o el marginado, o el débil, al que otros perros lo marcaban, pero por lo visto ha tomado la decisión de acabar con la norma.
Ahora mismo, respeta a los adultos que había cuando él llegó, principalmente a los machos, pero con los nuevos y con los desconocidos que se le ponen tontos por la calle está empezando a ser intolerante ...
Dicen que es "normal", pero espero que no se vuelva uno de esos perros que a la mínima se engancha con quien sea ... intentaremos que no sea así.
Por suerte, una vez separados todo ha vuelto a la normalidad. Jazz ha ido a repartir besitos a toda la manada (es que le encanta!) y ambos dos se han ido acercando y oliendo cordialmente. No ha habido ningún mal rollo a partir de ese momento.