Pues yo creo que no estoy en ninguna de esas clases. Si digo la verdad, no sé porqué empecé a fumar, pero mis comienzos son enrevesados.
Yo he sido uno de esos fumadores sociales toda la vida. Fumaba sólo en reuniones sociales y uno o dos cigarritos. Fumaba tan poco que a principios de año me compraba un cartón y a finales del año tenía que tirar algunos paquetes, porque el tabaco se había secado.
En 1992 la vida se vengó conmigo y mi familia. Todo empezó en ese año, cuando tuvimos que sacrificar a JAcky, mi perrillo con el que viví casi 14 años. Casi un año después murió mi abuelo, de repente. De nuevo, casi un año después, murío mi padre de un infarto. Poco más de un año después, mi madre tuvo cancer y la noche anterior de operar a mi madre, le dió una trombosis cerebral a mi abuela (la madre de mi madre) (tenía a mi madre en un hospital y a mi abuela en otro).
Por medio de todo ésto, una inspeccion de hacienda a mi padre (ya muerto), tuvimos que demandar a la seguridad social por la pensión de mi madre, hacía nueve meses que habíamos habierto un negocio de hostelería y nos pilló la crisis del 93, etc.
Mi madré acabó con una depresión de caballo y tuvo que buscar ayuda psiquiátrica. Yo acabé siendo el cabeza de familia, así que con todos estos líos tuve que dejar las oposiciones y buscar trabajo.
Para intentar alegrar a mi madre, compré mi primer schnauzer mini (quería una raza capaz de vivir en un piso y muy alegre) y me lo atropellaron con seis mesecitos. Pensé, pues no van a poder conmigo, y compré otro schnauzer, que murió también a los seis mesecitos, envenenado. Desistí de tener perro.
Cuando por fín encontré un trabajo, llevaba cuatro días trabajando, mi abuela se cayó por las escaleras de la residencia en la que estaba y se mató. Mi primera semana de trabajo y ya estaba pidiendo un permiso por motivos personales.
En 1998, cuando parecía que por fín tenía todo bajo control, me mudé a vivir a Londres. Siempre había querido vivir en el extranjero y necesitaba aislarme un poco de la familia y vivir mi vida. No lo conseguí, porque, tras seis meses muy duros allí, cuando al final conseguí un trabajo fijo, me tuve que volver a España corriendo porque mi madre volvía a tener cancer.
Finalmente, arreglé un poquillo las cosas y me volví a Londres.
Así que imagináos mi estado de ánimo en aquellos momentos. Llevaba toda la mejor etapa de una vida, entre los 25 y los 31, sin salir de discos, sin vacaciones, etc.
En esas, me mudé en Londres a vivir con una amiga española, que era una "moto". Todo el día de juerga y, aprovechando esta oportunidad, me vengué de los años pasados. Salía los siete días de la semana y, como yo fumaba en esas ocasiones, fumaba los siete días de la semana.
Así empecé a fumar.
A partir de ahí, no he tenido fuerzas para dejar de fumar, pese que desde que dejé la vida de "crápula" he querido hacerlo. Pero mis desgracias nunca finalizan. Cuando volví a España, sufrí mobbing en el trabajo y me dejó una lesión crónica de espalda. Cuando, finalmente, encontré el trabajo que tengo ahora en Marbella, me daba miedo ser feliz, porque cada vez que parecía que lo conseguía, siempre tenía que enfrentarme a algún otro problema de salud de mi madre. Y así ha sido: posible cancer de tiroides, que finalmente no fué cancer, pero la tuvieron que operar para extirpar todo el tiroides; luego un trombo en la vena subclaudia, gracias a Dios se controló sin tener que operar, pero que mesecitos; luego operación de prótesis de cadera, porque entre la artrosis, la radioterapia y las pastillas, mi podre madre tiene los huesos muy fastidiados.
Como os podéis imginar, ni pizca de ganas de, además, luchar conmigo misma para dejar de fumar, aunque ni un sólo momento he dudado de que quería hacerlo.
Gracias a Dios, ahora (y casi me da miedo decirlo) mi madre está bien, no estoy mal en el trabajo (con los problemas típicos, que después de lo que he pasado, yo digo que son meros "incovenientes") y tengo a mis dos niños en casa, que me dan una enorme felicidad.
Por eso, quiero aprovechar esta oportunidad de relativa tranquilidad para dejar de fumar ahora. Por eso, cuando Curro se puso tan enfermo, con lo cansada emocionalmente que me siento, con luchar para sacar adelante a mi enanillo ya no tenía fuerzas para, además, luchar contra el tabaco. Por eso, vuelvo a intentar dejarlo, pero no sin un contínuo murmullo en mi cabeza que dice algo así como "ya veremos si la vida me deja tranquila lo sufiente como para tener que enfrentarme sólo al tabaco y vencerlo".
Bufff, leo lo escrito y me dan ganas de borrarlo, porque me parece que voy a deprimiros con mi historia. Pero os considero mis amigos y, como me estáis dando todo el apoyo del mundo para que deje de fumar (y me la habéis dado con la enfermedad de Curro), necesitaré de vuestra comprensión si, al final, no lo consigo.